03.08.24 Versión estenográfica. Inicio de producción de la refinería Olmeca, desde Paraíso, Tabasco

03.08.24 Versión estenográfica. Inicio de producción de la refinería Olmeca, desde Paraíso, Tabasco

03.08.24 Versión estenográfica. Inicio de producción de la refinería Olmeca, desde Paraíso, Tabasco

2024: Año de Felipe Carrillo Puerto, benemérito del proletariado, revolucionario y defensor del Mayab

 

 

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Paisanas, paisanos, amigas, amigos todos:

Este es un día muy importante. Como se dice, ya con frecuencia por lo que está haciendo nuestro pueblo, no olvidar que el motor del cambio es el pueblo de México. Es un día especial, histórico, porque se concluye esta obra y empieza a producir gasolinas, diésel, combustibles.

Se construyó en un tiempo récord. No se hace en tan poco tiempo en ningún país, no hay nada que se le parezca en cuanto al tiempo de construcción.

Tampoco en cuanto al costo. Ya vimos un cuadro de las refinerías que se han construido últimamente, y todas han costado más. Y desde luego, es una refinería de calidad.

Yo quiero agradecer a todas, a todos. Primero, desde luego, a los obreros, a los trabajadores que hicieron posible esta obra. Es que la visitamos varias veces en su proceso constructivo. Es más, ahora nos estábamos acordando que desde la campaña, todavía no había nada aquí y se grabó un video.

Que, por cierto, fíjense las cosas y las vueltas que da la vida, las cosas que suceden y las vueltas que da la vida: no nos permitían entrar aquí a la terminal, tuvimos que hacer el video a la orilla del mar. Y nos quedaba lejos la terminal de Dos Bocas y eso que traíamos el apoyo de la coordinadora de los diputados de Morena, en ese entonces Rocío Nahle. No sirvió para nada toda esa autoridad.

Ahí está el video, se llama Esto soy, ahí se los recomiendo. Porque desde entonces dijimos: Aquí se va a construir una refinería. Que no se construía una refinería así desde 1982. Coincide mucho esa fecha, la última refinería que se construyó en nuestro país fue la de Salina Cruz y coincide con el inicio del periodo neoliberal, que, yo considero, comenzó en 1983, hasta el 2018; 36 años de política neoliberal o neoporfirista.

Por eso, no es una invención hablar de que se está transformando a México. Porque una transformación es como una revolución, y ha habido tres grandes transformaciones en la historia del país, la Independencia, la Reforma, la Revolución y esta es la Cuarta Transformación de la vida pública de México.

Y no fue fácil, porque es una transformación pacífica, esto es muy importante. Las otras tres, aunque los dirigentes, los padres de nuestra patria eran pacifistas, las circunstancias no les permitieron llevar a cabo un cambio profundo sin la vía armada. Y nosotros estamos llevando —y eso nos debe de llenar de orgullo— esta transformación de manera pacífica. Yo lo digo de manera sincera, agradezco al bloque opositor, les reconozco a los conservadores que, aunque todos los días, un día sí y el otro también, nos están golpeando políticamente, han actuado con responsabilidad, no se han pasado de la raya, y no pasan de insultos. Y se enojan, y se inconforman, y calumnian, pero no pasa de ahí, y qué bueno que estamos llevando a cabo esta transformación de manera pacífica.

Y no es que por ser pacífica es una transformación superficial, por encimita, no; es profunda porque estamos arrancando de raíz, es una transformación radical. Lo radical viene de ‘raíz’. Estamos arrancando de raíz el régimen de corrupción, de injusticias, de privilegios, que se habían establecido en los últimos tiempos.

Nada más pensemos —también esto lo recuerdo con frecuencia— que el porfiriato fueron 34 años.

Y la Revolución, que costó muchas vidas, un millón de mexicanos perdieron la vida por pobreza, por hambre, por epidemias, por violencia. La Revolución, que fue profunda, muy importante en cuanto a su avance social, en lo agrario, en lo que tiene que ver con las reivindicaciones laborales, en la educación pública, en la recuperación de los bienes naturales como el petróleo que Porfirio Díaz había entregado a compañas extranjeras, fue un muy profunda la Revolución mexicana, con una Constitución de avanzada, la Constitución más avanzada para garantizar la justicia social a nuestro pueblo.

Bueno, pero en lo político no se avanzó mucho. Decía un maestro, uno de los mejores historiadores de México, Daniel Cosío Villegas, que ya no estaba don Porfirio, pero que se había quedado, después de la Revolución, doña Porfiria.

En ese terreno no se avanzó, en el terreno político quedó pendiente la democracia, hasta hace poco. Porque, si lo analizamos bien, no teníamos democracia en nuestro país, era una fachada de democracia, porque la democracia desde la definición aristotélica es el gobierno del pueblo y para el pueblo.

Demos es pueblo, kratos es poder, es el poder del pueblo, y lo que había era kratos sin demos, poder sin pueblo. La democracia era una fachada, en realidad lo que imperaba, lo que teníamos como régimen era una oligarquía, el gobierno al servicio de unos cuantos, el gobierno al servicio de una minoría con fachada de democracia; esto ya se quedó atrás.

Fueron 34 años del porfiriato y 36 años del neoporfirismo o neoliberalismo, y eso caló profundo. Por eso hacía falta esta transformación que estamos logrando entre todos, esta sacudida, dicen en el norte, zarandeada; y aquí en Tabasco decimos como zamarreada ¿no es así? Hacía falta una zamarreada a la mata, una sacudida fuerte, y eso es lo que estamos haciendo.

Y cuesta trabajo ir convenciendo, persuadiendo que son otros tiempos; hay quienes se resisten a aceptar la nueva realidad, pero la mayoría de nuestro pueblo, y eso es lo que me llena de satisfacción, de alegría, lo está entendiendo muy bien, la mayoría de los mexicanos.

Por cuando no había democracia, cuando dominaba la oligarquía, pues para los que sentían dueños de México el pueblo no existía y se le podía manipular, bastaba con el control de los medios de información o de manipulación.

Eso también, como se dice coloquialmente, tronó hace dos meses, porque no les funcionó. ‘¿Qué fue?’ dice un conductor de programa de radio, un comentarista conservador. ‘Me fui a dormir y pensé que era una pesadilla, pero cuando me levanté me di cuenta que era real, que había ganado la candidata Claudia con más de 30 puntos de ventaja’. Y esto es muy alentador porque esto, aunque no se quiere aceptar, por nuestros prejuicios, nuestro clasismo en el caso de quienes son clasistas, o por el racismo en el caso de los que son racistas, no se quiere aceptar, hay una nueva realidad, hay un cambio de mentalidad, que eso es muy importante, que todo esto fue acompañado de una revolución de las consciencias y lo más importante de todo es ese cambio de mentalidad en el pueblo, porque cuando cambia la mentalidad del pueblo cambia todo.

Eso es lo que está ayudando a que México se transforme. La fórmula es muy sencilla, es no robar. El principal problema de México era la corrupción, era la causa principal de la desigualdad social, de la desigualdad económica, la corrupción fue lo que desató la violencia.

Entonces, al no permitirse la corrupción se logra no sólo moralizar al país, purificar la vida pública de México, sino se ahorra mucho dinero. Nosotros, a pesar de la pandemia, no tuvimos que recurrir a créditos, somos de los países con menos deuda en el mundo; y no aumentamos los impuestos, y no aumentamos el precio de las gasolinas, ni el precio de la luz, ni el precio del gas.

Y tenemos finanzas públicas fuertes. A pesar de esta crisis mundial de estos días, nuestra moneda es la que más se ha fortalecido en el mundo con relación al dólar.

Por primera vez en 50 años no hay devaluación. Desde el presidente Echeverría hasta el presidente Peña Nieto, sexenio tras sexenio se devaluaba nuestro peso. Ahora no, ahora no hay devaluación del peso; al contrario, se ha fortalecido nuestra moneda.

Tenemos récord en reservas del Banco de México, las reservas de México son de 35 mil millones de dólares.

Récord en inversión extranjera. Nunca había llegado tanta inversión foránea como ahora. Y todo esto se pudo hacer aumentando a más del doble el salario.

Tenemos también algo muy importante: México es de los países con menos desempleo en el mundo, una tasa de 2.6. Lo que sucedió el fin de semana con la inestabilidad mundial por el tipo de cambio en países y la caída de las bolsas fue porque se dio, entre otras cosas, el dato del aumento en el desempleo en Estados Unidos, desde luego mucho más desempleo que los 2.6 que tenemos en nuestro país.

Nos ha ido bien, la economía está fuerte y funciona el modelo de impulsar la modernidad desde abajo y en beneficio de todos.

Todo está, repito, en no permitir la corrupción, que el presupuesto que es dinero del pueblo regrese a la gente, que se atienda a todos, que se escuche a todos y que se le dé preferencia a los más humildes.

Estoy por eso muy contento de participar en el inicio de la producción de esta refinería. Y estoy contento porque estoy en mi estado.

Estoy contento porque ya estoy terminando mi ciclo, me faltan ya días; me voy con mi consciencia tranquila, puedo decir: misión cumplida.

Estoy contento, porque estoy demostrando también —y creo que esto nos debe de servir a todos, es una recomendación respetuosa, sobre todo para la gente que uno quiere mucho, como a millones de mexicanos que queremos: mujeres y hombres, y a los hijos, a los jóvenes— demostrarles que la felicidad no sólo es acumular bienes materiales, no es dinero, no son títulos, no es fama; la felicidad es estar bien con uno mismo, estar bien con nuestra consciencia y estar bien con el prójimo.

Lo material no produce felicidad, a veces infelicidad. Lo que se tiene que pensar es en actuar en beneficio de otros, ayudar hasta donde se pueda a nuestros semejantes.

Y en política —también para los jóvenes, como recomendación respetuosa— no tenerle mucho apego ni al dinero, ni al poder. Yo soy dichoso con lo que tengo, diría mi maestro Pellicer. Soy muy dichoso porque, imagínense, qué dicha tan grande el haber servido, poder probar que se redujo la pobreza en México, según las cifras oficiales del Inegi, como no sucedía en décadas; se redujo la pobreza, se redujo la desigualdad.

Y esto no significa que le haya ido mal a los empresarios, a los banqueros. ¿Saben que también, como nunca, en la historia, obtuvieron utilidades los bancos? También se rompieron récords en eso, en utilidad de los bancos. Y las empresas crecieron mucho, les fue muy bien. Como se dice en el campo de Chiapas y Tabasco: ‘Cuando la milpa se da bien, alcanza hasta para el pájaro’.

Pero lo que me produce mucha dicha, mucha dicha, además de eso que es muy importante, es que voy a entregar la banda presidencial a una mujer excepcional. Es lo mejor que le pudo haber pasado a nuestro país. Y conozco a la presidenta electa, próxima presidenta constitucional desde hace muchos años, me consta que es una mujer preparada, que tiene experiencia, que es honesta y, algo que es muy importante, es de buen corazón, tiene muy buenos sentimientos.

Los estamos viendo, porque veo cómo… Siempre ando recogiendo los sentimientos de la gente y hablo con la gente, pero damos como un hecho, como algo natural el que va a gobernar una mujer en México; pero ¿saben?, no es algo superficial, es historia, nos tocó a nosotros, a toda nuestra generación vivir para contarlo.

Nada más pensemos que cuando llegan los europeos, nos mandaban a lo que se llamaba la Nueva España a virreyes, 300 años dominados por virreyes, tres siglos, porque nunca en 300 años, ni siquiera se dignó un rey de España a visitar nuestro país, nunca en tres siglos.

Logramos nuestra independencia por la transformación que inician dos curas buenos, rebeldes, los padres de nuestra patria: Hidalgo y Morelos. Se constituye el nuevo gobierno, la nueva República federal e inicia el periodo del primer presidente de México, Guadalupe Victoria, en 1824, hace 200 años, y desde entonces hasta ahora, puro presidente, puro hombre en el gobierno; 300 del virreinato y 200 del México independiente, 500 años.

Entonces, fíjense lo que significa que por primera vez va a tener México una presidenta. Estamos haciendo historia, todas, todos, y a veces no reparamos en esto porque pensamos que así es la vida. Pues no.

Debemos de decir como los asiáticos, coreanos y de otras nacionalidades. Cuando nacen los niños aquí, en Tabasco, o en cualquier parte de México, decimos: ‘Que le vaya muy bien’, ‘que —si son religiosos— que Dios los cuide y que Dios los bendiga’. En Asia, parte de la religión, les dicen: ‘Que les toquen vivir tiempos interesantes’; y a nosotros nos están tocando vivir tiempos interesantes.

Por eso, me da mucho gusto estar con ustedes en este acto. Y adelante, no hay nada que temer, no hay nada de qué preocuparnos, va a continuar la transformación en nuestro país y va a continuar la transformación de manera pacífica, convenciendo, persuadiendo.

Nosotros tenemos adversarios, no enemigos; tenemos adversarios a vencer con argumentos, no enemigos a destruir. Todos los mexicanos son nuestros amigos, todos los seres humanos. Al final de cuentas, participamos, somos militantes del partido de la fraternidad universal.

¡Que viva Tabasco!

¡Que vivan los olmecas!

¡Que viva la presidenta Claudia Sheinbaum!

¡Que viva Petróleos Mexicanos!

¡Viva México!

¡Viva México!

¡Viva México!

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