2022: Año de Ricardo Flores Magón, precursor de la Revolución Mexicana
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos de Belem, de comunidades de los pueblos yaquis:
Estar de nuevo con ustedes. Tenía programado visitarles hasta finales de noviembre, en eso habíamos quedado, pero decidimos estar con ustedes antes; entre otras cosas, porque queríamos llevar a cabo este acto de restitución de tierras antes del día 20 de noviembre, porque todo esto se inspira en la Revolución mexicana.
Nunca hay que olvidar que, durante la dictadura de Porfirio Díaz, para despojar a los pueblos de sus tierras, de sus aguas, se cometieron muchas injusticias en todo México: en la península de Yucatán los mayas fueron despojados de sus tierras, los totonacos en Veracruz, los mayos y, como todos sabemos, los pueblos yaquis.
La mentalidad de Porfirio Díaz era que los pueblos indígenas, imagínense, los pueblos originarios, tenían acaparadas las tierras, cuando eran los legítimos dueños de todo el territorio nacional.
Y como los pueblos indígenas tenían acaparadas las tierras, había que despojarlos y entregar estas tierras a los hombres de negocios, nacionales y extranjeros, porque se necesitaba el progreso. Así, se cometieron grandes injusticias.
Todos los pueblos originarios sufrieron mucho, hubo masacres, asesinatos y de plano se habló de las guerras contra los mayas, los mayos y la guerra contra los yaquis. En ese entonces los militares más crueles se formaban, los mandaban a las regiones indígenas, Bernardo Reyes, Victoriano Huerta, Blanquet, los más despiadados. Y así los ascendían y adquirían fama; entre más crueldad, más fama de militares rectos, cuando eran unos viles represores.
De todos los pueblos, yo sostengo y lo puedo probar, el que sufrió más fue el pueblo yaqui, porque hubo una guerra de exterminio. El ejército en ese entonces hasta adquirió armamento nuevo, que no se usaba, para la guerra contras los yaquis, contra los mayas.
Como resistían los pueblos yaquis, pues cada vez era más la represión. Decidieron deportarlos, a sus antepasados, a trabajar como esclavos en las fincas, en hequeneras, en cañeras, de Veracruz, de Oaxaca, de Yucatán. Muchas familias se morían, mujeres, niños, sólo en el traslado.
Y los que resistieron aquí, fueron muchos asesinados. Un gobernador, también autoritario, de Sonora, Torres, llegó a calcular que en la guerra contra los yaquis habían perdido la vida en aquel entonces 15 mil yaquis.
Por eso, cuando se inicia la Revolución, el presidente Madero quiere hacer justicia. Tiene el mérito Madero que desde 1908, dos años antes de que convoque al pueblo de México a tomas las armas en contra de la dictadura porfirista, escribió un libro que se llamó La sucesión presidencial de 1910, y ya en ese libro ya denuncia los abusos cometidos a los pueblos yaquis.
Y cuando triunfa la Revolución, él todavía, con el gobierno de De la Barra, que era un gobierno interino, empieza a hacer gestiones para hacer justicia a los pueblos yaquis; pero no pudo porque estaba todavía el aparato oligárquico porfirista, el mismo De la Barra, que estaba de presidente interino, se había desempeñado como ministro del Exterior, como si fuese ahora secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de Porfirio Díaz, era de ellos mismos y no significó ningún cambio ese interinato.
Y le pusieron muchos obstáculos a Madero, al grado que no sólo no pudo cumplir con los pueblos yaquis, sino tampoco cumplió entregando la tierra a los zapatistas, a pesar de que quería hacerlo porque se llevaba bien con Emiliano Zapata, pero no pudo o le faltó decisión.
Y como no cumplió con el compromiso de entregar la tierra a los campesinos, se quedó en el aire, sin base social, sin apoyo del pueblo, y abusaron de esa circunstancia los militares, represores del porfiriato, que lo asesinaron, al presidente Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez, e impusieron a Huerta.
Y sólo un gobernador, Venustiano Carranza, fue el único que, cuando recibió el telegrama de Huerta, que envío a todos los gobernadores diciéndoles que ya el Senado lo había nombrado presidente, el único gobernador, Venustiano Carranza, del estado de Coahuila, se reunió en su casa y dijo: ‘No, el Senado no tiene facultades y Huerta no es un presidente legítimo’.
Y le dieron la autorización, el congreso local, para que llamara al pueblo a defender la legalidad. Luego, lo secundó el gobernador de Sonora, Maytorena; pero fueron muy pocos, todos guardaron silencio o de plano apoyaron al usurpador.
Carranza tiene cosas buenas, porque gracias a él se hizo la Constitución de 1917. Antes, él fue el que proclamó desde Veracruz la Ley Agraria del 6 de enero de 1915, donde ya se hablaba de restituir las tierras, de devolverles las tierras a los pueblos originarios.
Y luego, con la Constitución ya quedó escrito en el artículo 27 el derecho de los campesinos a la tierra. Pero no se avanzó mucho en llevar a la práctica ese mandato constitucional.
Y a él lo asesinan en 1920 y entra un presidente, De la Huerta, sonorense, que su abuela, según la historia, era yaqui, Adolfo de la Huerta, y él empieza a ayudar para hacer justicia a los pueblos yaquis.
A Adolfo de la Huerta le toca pactar la paz con Francisco Villa, se reúne con él en Monclova, Coahuila, y ahí se llega al arreglo para que Villa y sus dorados, su grupo más cercano, fueran atendidos. Y les entregaron una hacienda que se llama Canutillo, allá en Durango, en los límites con Chihuahua, con Parral. Por eso a Villa lo asesinan en Parral, en un viaje que hizo de esa hacienda que la trabajaba con su gente a Parral, ahí es víctima de una emboscada y lo asesinan, y ya saben ustedes que también fue asesinado víctima de una traición en 1919, un 10 de abril, Emiliano Zapata.
¿Quién es el que lleva a la práctica el ideal revolucionario de darle la tierra, de reconocerles la tierra, de restituirle la tierra a los campesinos?
El general Lázaro Cárdenas.
La Revolución se convocó para 1910 y es hasta el sexenio del general Cárdenas, que fue de 1934 a 1940, cuando empezó la restitución de las tierras, y entonces es cuando se entregaron las 491 mil 649 hectáreas a los pueblos yaquis.
Pero esa resolución, como ustedes saben, no se ejecutó en su totalidad y al paso del tiempo también se fueron perdiendo terrenos.
Por eso, hicimos el compromiso de restituir la tierra a partir de la resolución presidencial del general Lázaro Cárdenas. Y por eso se está hablando de que este es un acto histórico, porque se están restituyendo a los pueblos yaquis alrededor de 30 mil hectáreas.
Tomamos en cuenta que hay la posibilidad de ampliar esta restitución, pero ya hemos cumplido, vamos a decir, en una primera etapa.
Vamos a seguir adelante, porque aquí está el equipo que va a seguir trabajando con ustedes. Porque trabajar con ustedes, hacer justicia en los pueblos yaquis es un homenaje a todos los que perdieron la vida, los que lucharon en la Revolución por la justicia, por la libertad, por la democracia, por la soberanía nacional.
Vamos a continuar con este Plan de Justicia de los Pueblos Yaquis. Voy a regresar para evaluar el avance en el acueducto y en el distrito de riego. Aquí está Aarón Mastache, bueno, están todos los responsables. Y voy a estar cada dos, tres meses viniendo porque ya se nos está terminando el tiempo, ya nos quedan 23 meses, yo tengo que entregar la Presidencia a finales de septiembre del 24, entonces no quiero dejar nada pendiente, quiero cumplir.
INTERVENCIÓN: ¡No queremos que te vayas!
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: No, me tengo que ir porque precisamente soy maderista y Madero decía: ‘Sufragio efectivo, no reelección’.
Pero no nos preocupemos porque vamos a avanzar todavía, 23 meses trabajando 16 horas diarias sin descanso ni sábado ni domingo es como el doble; en vez de 23 meses, son 46 si nos apuramos.
Además, ya empezaron todos los proyectos, nada más es cosa de que nos sigan ayudando los gobernadores y todas las autoridades tradicionales de los pueblos yaquis para que no haya demora y que podamos avanzar, avanzar, avanzar, todo lo que se pueda.
Y tener confianza porque va a haber continuidad con cambio. Yo ya me voy a jubilar porque ya cierro un ciclo.
Ahora que hackearon, sacaron la información de la Secretaría de la Defensa ahí encontraron de que tengo como nueve enfermedades.
INTERVENCIÓN: ¡Aquí lo vamos a curar!
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Claro, aquí hay muy buenos curanderos, curanderas.
Pero ya termino y afortunadamente hay buenos elementos, mujeres y hombres para el relevo, para entregarles la estafeta.
Y lo más importante es que ya van a quedar establecidas las bases y sobre todo el cambio de mentalidad. Ya va a estar muy difícil que lleguen a medrar, a robar, a no tomar en cuenta al pueblo, ya no. ahora es democracia, auténtica democracia, es el poder del pueblo, para el pueblo y con el pueblo.
Nada de que el gobierno va a estar convertido en un comité al servicio de una minoría. Si ya no es el porfiriato, ahora es el pueblo el que manda en México, y va a seguir mandando.
Lo mismo en el caso del presupuesto. Nada que todos los de arriba y para la mayoría de la gente migajas, dádivas, y eso cuando había elecciones, que repartían despensas, frijol con gorgojo, ya no; ahora hay que darle más al que tiene menos, porque no puede haber trato igual entre desiguales. La justicia es apoyar más a la gente necesitada, por eso decimos que, por el bien de todos, primero los pobres, y está establecido en la mente de muchos.
De modo que vamos a seguir adelante con el Plan de Justicia a los Pueblos Yaquis. Le pido a Aarón, a Germán Martínez, de Conagua, que en lo del acueducto y lo del distrito de riego se avance.
Vamos a seguir contando con el apoyo del gobernador Alfonso Durazo —tienen a un buen gobernador en Sonora— para que, lo aquí el secretario de Belem leyó sobre el pliego petitorio, se vaya cumpliendo. Ya Adelfo, que también se ha portado muy bien, al 100, va a tomar en cuenta el escrito de ustedes, para ir avanzando.
Y muchas gracias a las autoridades tradicionales de los pueblos, los gobernadores, a todos los integrantes de los gobiernos tradicionales de los ocho pueblos, a las compañeras, a los compañeros, a todos, muchas gracias por su confianza, por su apoyo, por darnos la oportunidad de ser consecuentes, porque esto es lo que vale en la vida, esta es la felicidad.
Siempre lo he dicho, la felicidad sólo tiene sentido, la felicidad no es acumular riquezas, bienes materiales, tener fama, la felicidad es estar bien con uno mismo, estar bien con nuestra consciencia y estar bien con el prójimo, esa es la verdadera felicidad.
Y el poder, lo que es el poder, sólo es puro y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás. El que tiene poder para humillar, ese es un pobre diablo. El poder es para servir a nuestros semejantes. Y por eso les digo gracias, porque me hacen feliz sirviendo.
Y vamos hacia adelante.
Quedé con los compañeros de los medios de información que vienen de México de darles a conocer qué había pasado anoche con la reunión del señor John Kerry, enviado del presidente de Estados Unidos. Nos reunimos en Hermosillo con el gobernador, con otros funcionarios. Lo voy a tratar más adelante porque no quiero que se distraiga este hecho tan importante en la historia. Esa reunión es importante también para Sonora, para México, para Estados Unidos, para mantener nuestras relaciones, pero esto es el México profundo, estas son nuestras raíces, esto es lo más importante de todo.
Por eso, muchísimas gracias de todo corazón. Y nos vamos a seguir encontrando. Dentro de dos, tres meses regreso para ver cómo vamos avanzando en el Plan de Justicia a los Pueblos Yaquis.
Muchas gracias.
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