2024: Año de Felipe Carrillo Puerto, benemérito del proletariado, revolucionario y defensor del Mayab
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos de los pueblos, municipios del Estado de México y del lago de Texcoco:
Me da mucho gusto estar aquí con ustedes.
Ya se ha dicho todo. Decía un buen revolucionario, el general Francisco J. Múgica: ‘Hechos, no palabras’, y ya se ha hablado bastante. Y ustedes saben que estamos en un momento verdaderamente histórico, porque se está terminando una etapa de transformación que significó iniciar estableciendo las bases para un cambio verdadero, porque hacía falta, estábamos ya en una decadencia; no sólo era una crisis económica, era también una crisis política, una crisis de bienestar social, una crisis por pérdida de valores culturales, morales, espirituales, y esa decadencia sólo la podíamos enfrentar con una transformación, que es el equivalente a una revolución, pero lo estamos haciendo de manera pacífica, y eso es muy importante.
Quienes nos han dado patria, quienes nos enseñaron a luchar por la justicia, por la libertad, por la democracia, por la soberanía, hicieron también en su momento las transformaciones que necesitaba el país.
En este mes de septiembre vamos a recordar lo que llevaron a cabo estos dos curas, buenos, rebeldes, Hidalgo y Morelos, para que México fuese un país independiente. No sólo lucharon por eso, que fue bastante después de tres siglos de dominación colonial. No olvidemos que Hidalgo fue el primero en proclamar la abolición de la esclavitud. Y Morelos decía que había que mejorar los salarios del peón; decía Morelos: ‘Que se eduque al hijo del campesino igual que al hijo del más rico hacendado’. Y decía Morelos: ‘Que haya tribunales que protejan al débil de los abusos que comete el fuerte’. Esos, los padres de nuestra patria, esos fueron los que nos enseñaron a luchar. Pero ellos tuvieron —por la necesidad— que hacer esa transformación, con las armas.
Lo mismo en la segunda transformación encabezada por Benito Juárez, por los liberales. Ya cuando los conservadores, como siempre, los reaccionarios, estaban derrotados, fueron al extranjero a traer a un príncipe para que dominara México. Y nuestro pueblo y esos buenos dirigentes, ese extraordinario presidente Benito Juárez, y ya que quede claro, el mejor presidente de México en toda la historia, ese supo resistir en los momentos más difíciles, cuando nos invadieron 30 mil soldados franceses, el ejército más poderoso del mundo. Y nunca se rindieron los mexicanos con su dirigente y se restauró la República, y se echó para fuera a los invasores, y se logró la segunda independencia de México. También, por la necesidad, se tuvo que recurrir a las armas.
Y la tercera transformación fue la Revolución de 1910, encabezada por un hombre bueno, también, un gran presidente, Apóstol de la Democracia, Francisco I. Madero. Bueno, fue una revolución también que se hizo con las armas de muchos dirigentes sociales: Zapata, Villa, los hermanos Flores Magón, y un extraordinario presidente también, el mejor presidente de México del siglo XX, el que llevó a la práctica los ideales del pueblo que había participado en la Revolución, el que le entregó la tierra a los campesinos en aquel entonces, en su sexenio del 34 al 40 del siglo pasado, 18 millones de hectáreas a un millón de familias campesinas: el general Lázaro Cárdenas del Río.
Pero nosotros estamos haciendo esta Cuarta Transformación, y es por lo que debemos de abrazarnos y felicitarnos, lo estamos haciendo de abajo, desde abajo, entre todos y de manera pacífica, y es una transformación igual de profunda que la Independencia, que la Reforma, que la Revolución.
Es una transformación radical, porque la palabra radical viene de raíz, y estamos arrancando de raíz el régimen de corrupción y de privilegios para tener una patria nueva. Por eso es un momento histórico.
Y miren cómo está terminando mi ciclo, mi responsabilidad. Me voy muy feliz, muy contento, porque se cumplieron los compromisos. Y algo que me llena de satisfacción, aparte de todo el amor de nuestro pueblo para hacer realidad esta transformación, este despertar ciudadano, este cambio de mentalidad que hemos logrado entre todos, que acaba de quedar de manifiesto, se demostró hace tres meses.
¿Qué pensaban los corruptos?
De que el pueblo se iba a dejar manipular y que con su dinero y con los medios de comunicación, de manipulación, a su servicio, iban a poder manipular a nuestro pueblo. Tengan para que aprendan.
Aquí, nada más en el Estado de México —que no se olvide, porque esto no se escucha en la radio, ni se ve en la televisión, ni se lee en los periódicos, nada más el pueblo del Estado de México—, cinco millones de mexiquenses, cinco millones votaron por Claudia Sheinbaum. Nunca tanta gente se había manifestado en las urnas por una candidata en este caso.
Y me voy muy tranquilo también porque a ella es a la que le voy a entregar la banda presidencial, una mujer preparada, una mujer con principios, con ideales y sobre todo una mujer con buenos sentimientos, una mujer que es puro corazón. Por eso me voy tranquilo.
Ya hemos avanzado, queda el ejemplo para las generaciones futuras, nuestros hijos, nuestros nietos, ya les hemos dejado esta herencia, este legado de cómo se puede cuando hay abusos de poder, cuando se sienten dueños de México unos cuantos, ya está bien clara la receta que hay que aplicar y que van a aplicar nuestros hijos y nuestros nietos si se requiere, cuando quieran imponerse de nuevo los oligarcas va a haber de nuevo democracia verdadera, poder del pueblo y para el pueblo.
Y, miren, termino, van a continuar todos los Programas de Bienestar; pero no sólo eso, el día 5 de febrero de este año, aniversario de la Constitución, dije: no voy a ir a Querétaro donde se firmó y se aprobó la Constitución de 1917, que la cambiaron completamente los oligarcas, no voy a ir; desde el palacio donde se aprobó la Constitución de 1857, la Constitución liberal, ahí voy a pronunciarme. Y di a conocer 20 iniciativas de reforma a la Constitución para devolverle a la Constitución del 17 su espíritu revolucionario y popular.
Y dijimos: para reformar la Constitución y que esas 20 iniciativas se conviertan en realidad, se requiere que nuestro movimiento tenga una mayoría calificada. ¿Y qué creen que pasó? Se logró, y ahí vienen las reformas para que los programas se conviertan en derecho de todo el pueblo, y esté quien esté en el gobierno nunca puedan cambiar esos ideales, esos principios, esos beneficios que van a estar elevados a rango constitucional.
Bueno, dije que ya no iba a hablar mucho, ya me piqué. Bueno, ya. El que quiera conocer más sobre lo realizado en el sexenio, está invitado el domingo al Zócalo, voy a dar mi sexto y último informe.
Un abrazo cariñoso. Amor con amor se paga.
¡Que viva el lago de Texcoco!
¡Viva el Estado de México!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!