2022: Año de Ricardo Flores Magón, precursor de la Revolución Mexicana
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos, trabajadores, mujeres, hombres de la Comisión Federal de Electricidad, amigas, amigos de otras instituciones del Estado mexicano:
Me da mucho gusto iniciar esta gira de tres días para reunirnos con trabajadores, compañeras, compañeras de la Comisión Federal de Electricidad, en Chiapas, donde estamos, más tarde en Veracruz, mañana en el Estado de México y por la tarde en Jalisco, y el domingo en Sinaloa y en Nuevo León.
Vamos a tener reuniones como esta porque les necesitamos, México les necesita, el pueblo les necesita.
Ustedes han escuchado y saben de la importancia de la Comisión Federal de Electricidad, que lleva ese nombre desde el gobierno del general Lázaro Cárdenas del Río. Se avanzó mucho en ese sexenio porque se nacionalizó la industria eléctrica, el petróleo, los ferrocarriles, todo lo que Porfirio Díaz había entregado a los extranjeros. Durante el gobierno del general Cárdenas empezó el reparto agrario, se entregaron en ese entonces 18 millones de hectáreas a un millón de familias campesinas.
Luego de ese sexenio, se fue deteniendo el avance revolucionario y fueron moderándose las políticas en beneficio de nuestro pueblo, y así se dio pie para que se empezaran a privatizar de nuevo ciertas empresas públicas y se entregaban los servicios públicos a empresas particulares.
Se intentó con el petróleo desde entonces, porque se otorgaron concesiones. Después de la expropiación petrolera se pactaron acuerdos con empresas extranjeras, eran llamadas empresas mixtas de utilidad compartida, sociedades de riesgo, donde se concesionaba una buena parte del territorio donde había petróleo, tanto en tierra como en aguas someras, y se buscaba que una vez que se extrajera el petróleo, el hidrocarburo las utilidades se compartían entre los particulares y el Estado, se entregaron estos contratos durante el gobierno del presidente Miguel Alemán.
Afortunadamente fue cambiando esa política porque el presidente siguiente, don Adolfo Ruiz Cortines, hizo una modificación a la Constitución para no permitir esas concesiones y se empezó a dar marcha a esa política privatizadora.
Luego, con el presidente Adolfo López Mateos se vuelve a hacer otra reforma y ya se establece en el artículo 27 que el petróleo era propiedad de la nación y que no se iban a otorgar ni concesiones ni contratos. Por esa reforma constitucional que se llevó a cabo durante el gobierno de Adolfo López Mateos se cancelan las concesiones que se habían entregado durante el gobierno de Miguel Alemán.
Y, fíjense, se cancelan ya estando en la Presidencia Gustavo Díaz Ordaz. Y era director de Pemex un extraordinario servidor público, un hombre inteligente, Jesús Reyes Heroles, y a él le toca ya cancelar todos esos contratos.
Y había uno que incluía todo el golfo, que se había otorgado a una empresa estadounidense, desde Tampico hasta Campeche, incluía lo que más tarde se descubrió, el campo petrolero más importante de México y uno de los campos petroleros más importantes del mundo, Cantarell. Como se canceló ese contrato, pues volvió a ser parte el petróleo de la nación.
Algo parecido sucedió con la industria eléctrica, se fueron entregando concesiones a particulares y no se avanzaba en la electrificación de nuestro país, porque, como ahora con el internet, a las empresas particulares no les convenía ir a electrificar los pueblos alejados, prestar el servicio a la gente pobre, porque ellos electrificaban donde estaban los consumidores que podían pagar por el servicio, las ciudades.
Entonces, también el presidente López Mateos tomó la decisión de volver a nacionalizar la industria eléctrica, 1960. Era secretario de Hacienda Antonio Ortiz Mena, que, por cierto, no era economista, era abogado. Fue en dos sexenios secretario de Hacienda y han sido los mejores, porque México creció en esos 12 años a una tasa promedio anual del seis por ciento, sin devaluación, sin inflación y sin endeudamiento. Bueno, a él le correspondió tomar la decisión de nacionalizar de nuevo la industria eléctrica.
Me llevaría algún tiempo aquí leerles, pero se los recomiendo, un documento, una carta, que escribió en ese entonces López Mateos, advirtiéndole al pueblo de México que iban a volver a querer quitarle la industria eléctrica y el petróleo con malos mexicanos, traidores a la patria. Porque el general Cárdenas decía eso, que quien entrega los recursos naturales de nuestro país a extranjeros es traidor a la patria.
Uno de los argumentos por los que se nacionaliza en 1960 de nuevo la industria eléctrica lo expresa el presidente y también el secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena, les dice a los dueños de las empresas: ‘Les vamos a pagar las indemnizaciones’. ¿Por qué se va a nacionalizar la industria eléctrica? Porque si no, México no se va a electrificar, a ustedes nunca les va a parecer negocio ir a electrificar un pueblo apartado. ¿Y de dónde va a sacar la gente para llevar los postes y poner las líneas de transmisión y garantizar el servicio de energía eléctrica si hay tanta necesidad, si hay tanta pobreza?’
Por eso se tomó la decisión de nacionalizar la industria eléctrica y miren el resultado: actualmente el 99.6 por ciento de la población de México tiene el servicio de luz, los pueblos están electrificados.
Por eso es importante la existencia del Estado, no con el propósito de aplastar o de asfixiar la iniciativa de particulares, de la sociedad civil, pero el Estado no puede desaparecer, no puede diluirse y dejarle todo al mercado.
Estos tecnócratas que malgobernaron México hace poco querían poner al mercado la salud, la educación. Que el que se enfermara, se curara, pero pagando.
Y lo mismo para poder estudiar, sobre todo para ingresar a una universidad, inventaron lo de los exámenes de admisión y no pasaban los jóvenes el examen de admisión. Claro que lo pasaban, pero no había cupo, fue un pretexto que utilizaron para rechazar a los jóvenes que querían ingresar a las universidades, pensando que así se abría el mercado para las escuelas privadas.
Y sí creció la matrícula de las universidades privadas, pero llegó hasta un límite, porque ¿de dónde va a sacar una familia de campesinos, de obreros para mandar a sus hijos a estudiar a una universidad privada?, ¿de dónde va a sacar para pagar la colegiatura?
Hacían 125 preguntas y decían los rectores o los directivos de educación: ‘Pues nada más tenemos espacio para 100 y nos están solicitando dos mil ingresos. ¿Cómo le hacemos?’ Pues entran los 100 que contesten bien acertadamente las 125 preguntas, el que contesta bien 124 no va a entrar.
Entonces, no es que no pasaran el examen, es que no había espacio, no había cupo, y se quedaban mil 950 sin poder ingresar a las universidades. Ahora estamos sufriendo por eso. ¿Saben que esa política nos llevó a que no tenemos los médicos que necesita el país? Increíble. No tenemos los médicos y mucho menos los especialistas. Imagínense cuánta irresponsabilidad, todo el atraso que ocasionaron por esa política privatizadora.
En el caso del internet es lo mismo. Se dieron concesiones a las empresas particulares, ¿y dónde hay internet? Pues en las ciudades, en los pueblos no hay, porque en las ciudades están los clientes, en los pueblos está la gente que no tiene posibilidad de pagar el servicio.
Por eso nos comprometimos a que iba a haber internet para todos y de manera gratuita en escuelas, en centros de salud, en los bancos del Bienestar; comunicar al país con internet.
Y si los anteriores trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad ya electrificaron todo México, ¿por qué ahora no vamos a poder llevar internet a todo el país con los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad?
Les explico esto porque no es una relación así obrero-patronal, no. La Comisión Federal de Electricidad es una empresa pública que tiene como propósito servirle al pueblo de México, no tiene afanes de lucro, no es Iberdrola.
Estos tecnócratas corruptos modificaron las leyes para darle el mismo tratamiento a Iberdrola que a la Comisión Federal de Electricidad. Por eso andan ahora enojados, porque llevamos a cabo una reforma a la ley eléctrica para darle el lugar que tiene, que merece la Comisión Federal de Electricidad.
Tenemos hasta una solicitud de aclaración del gobierno de Estados Unidos y de Canadá, pero cuando nos tocó la renegociación del tratado fuimos muy claros, cuando ya habían entregado todo un capítulo para manejar el sector energético en función de los intereses extranjeros y dijimos: No. Era yo todavía presidente electo.
Y se rompieron las pláticas como 10, 15 días y nadie quería decirle al presidente Trump, porque le tenían respeto, nadie quería que no había pláticas, se había roto las pláticas porque nosotros no aceptábamos ese capítulo del tratado.
Y fueron a decirle al presidente Trump, y dijo: ‘¿Y qué es entonces lo que propone el presidente electo de México?’ Pues lo que propone es lo que está en la Constitución, que el sector energético es propiedad de la nación y no está sujeto a ninguna negociación, es de los mexicanos, es de la nación.
Pues así quedó, porque, contrario a lo que se puede pensar, el presidente Trump era pragmático, es una gente dura, pero se podía llegar a acuerdos con él, como lo hicimos y como lo estamos haciendo con el presidente Biden, que también es muy respetuoso de nuestra soberanía.
Poco a poco han ido entendiendo, y más rápido los de arriba. Los abajo todavía piensan que México es colonia, que es un protectorado, que es un Estado asociado. No, México es un país libre, independiente, soberano.
Entonces, ya quedó establecido de que vamos a manejar nuestra política energética. Y ahora necesitamos del apoyo de ustedes para que se puedan instalar las antenas y llevemos el internet a todos los pueblos. Esa va a ser una gran contribución de ustedes. Porque imagínense llevar a un internet a un pueblo apartado, marginado; significa que las niñas, los niños puedan tener acceso a información muy valiosa para sus estudios, información valiosa para la salud.
Es una revolución el que se cuente con internet, que se cuente con telefonía celular. Sale uno de Tuxtla y se aparta uno un poco y ya no hay señal, hay que andar subiéndose a las lomas, a los cerros para lograr hablar para recibir la ansiada señal. No, tenemos que comunicar a todo el país.
Es un desafío, pero podemos hacerlo. Tenemos lo mero principal, les tenemos a ustedes los trabajadores, lo que aquí dijo el director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett.
Siempre les pongo de ejemplo, porque cuando padecemos de un huracán a la semana, y esto no pasa en otros lugares del mundo, a la semana ya se restableció por ustedes.
Y así estamos sacando adelante al país, estamos sacando adelante a Pemex con el apoyo de los trabajadores petroleros, estamos sacando adelante al país en la infraestructura que necesitan por el apoyo de los ingenieros militares.
Imagínense que los ingenieros militares construyeron un aeropuerto en la Ciudad de México en dos años y medio, de primera, el mejor aeropuerto de América Latina. Si hubiésemos continuando con el aeropuerto de Texcoco, que era un barril sin fondo, que lo estaban impulsando porque querían hacer negocios inmobiliarios, se estaba estimando un presupuesto de 300 mil millones de pesos; el aeropuerto ‘Felipe Ángeles’ de la Ciudad de México que hicieron los ingenieros militares, 75 mil millones de pesos, pagamos 100 mil a las empresas que ya tenían contrato, y nos quedaron 100 mil millones de pesos ahorro, casi la mitad de lo que nos va a costar el Tren Maya, por eso estamos avanzando.
Y vengo con el licenciado Bartlett, con los directores de la Comisión Federal de Electricidad, con otros servidores públicos pues a pedirles que nos apliquemos, que son dos mil 800 antenas, pero si avanzamos rápido, porque lo que más nos está ahora acicateando, apurando, es el tiempo, pero si se avanza rápido y se nos van quedando otras y tenemos tiempo, vámonos a que sean más las antenas, porque con estas antenas y con otras que ya están funcionando, y con la fibra óptica, pues calculamos que vamos a llegar al 82 por ciento de la población, pero yo creo que sea 100 por ciento.
Y dicen: ‘Es que es que incosteable, son rancherías, son unas cuantas casas’. Ustedes saben bien eso. Claro, claro que hay forma. Entonces, vamos a hablar de dos mil 800 en una primera etapa y, si tenemos tiempo y nos aplicamos, vamos al 100 por ciento.
Aquí en Chiapas se necesita muchísima comunicación. Sin duda, es el estado con menos comunicación del país, hasta en lo que tiene que ver con la telefonía celular. Entonces, vamos adelante y es hacer patria, es ayudar a otros, es amor al prójimo.
Yo confío en ustedes, se los digo de manera sincera. Desde el primer año que llegué a la Presidencia me planteó el licenciado Bartlett, porque estuvimos en una manifestación, así como esta, en una asamblea, y los trabajadores me pidieron de que se modificara el contrato colectivo, porque ya lo habían mutilado en el sexenio pasado.
¿Qué les habían quitado?
Pues nada más les habían aumentado la edad de jubilación y le dije al licenciado Bartlett: Eso es lo primero que hay que cambiar del acuerdo del contrato colectivo, y volvió a quedar como estaba.
Y no vamos a fallarles, reconocemos su trabajo, no van a haber despidos, vamos a buscar que siempre haya aumento salarial por encima de la inflación y que no les falten también sus prestaciones.
Y que tengan siempre presente de que no es nada más una relación, repito, obrero-patronal, nosotros no somos patrones, nosotros, como decía Morelos, somos siervos de la nación.
Muchas gracias, amigas y amigos.
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