2020, Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos de Catem, dirigentes de sindicatos, empresarios, servidores públicos:
Me da mucho gusto participar en este congreso de Catem para reafirmar nuestros principios, para dejar de manifiesto que el gobierno que encabezo, que represento, siempre va a apoyar, a respalda el sindicalismo de México, no podría ser de otra forma.
Nosotros conocemos nuestra historia, sabemos que han transcurrido tres grandes transformaciones, tres grandes cambios que llevó a cabo nuestro pueblo cuando era necesario:
La Independencia de México, que se logró luego de 300 años de dominación colonial para que México se convirtiera en una nación libre y soberana.
La segunda transformación fue el movimiento de Reforma que encabezó el mejor presidente que ha habido en la historia de México, un indígena zapoteco, Benito Juárez García. Esa fue una profunda transformación, a ese movimiento se le conoce como el movimiento de Reforma, porque hacía falta en ese entonces separar el poder civil del poder eclesiástico siguiendo la máxima de que a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.
Era necesaria esta separación. No se aceptó… Como en todo proceso de cambio, hubo resistencias y los conservadores se atrevieron a ir a buscar al extranjero a un príncipe y a una emperatriz, y quisieron de nuevo convertirnos en colonia, nos invadió el ejército francés, en ese entonces el ejército más poderoso del mundo, pero Juárez y los liberales resistieron y se expulsó a los extranjeros y se restauró nuestra república, se logró la segunda independencia de México.
Y la tercera transformación fue la Revolución de 1910, que la iniciaron dirigentes sociales, qué bien que Pedro Haces recordó aquí la huelga de Cananea y también no podemos olvidar lo que fue la huelga de Río Blanco, el sacrificio de esos dirigentes que fueron reprimidos, encarcelados por luchar en favor de los trabajadores, porque en ese entonces se obligaba a trabajar 16 horas diarias por 25 centavos, y no había día de descanso obligatorio ni ninguna prestación laboral.
Por eso fue, entre otras demandas del pueblo, que se llevó a cabo la Revolución. Y gracias a ese movimiento se estableció en la Constitución de 1917 el derecho de los trabajadores a un salario digno y la jornada de ocho horas de trabajo y otras prestaciones. Esa es la tercera transformación de México.
Y ahora estamos también impulsando una nueva transformación. Así como en la época de la Reforma hacía la falta la separación de la Iglesia y del Estado, ahora, como me lo recomendó un migrante en San Quintín, Baja California durante la campaña, me dijo: ‘Licenciado, así como Juárez separó a la Iglesia del Estado -y me repitió- porque a Dios lo que es Dios y al César lo que es del César, ahora lo que se necesita es separar al poder económico del poder político, y que el gobierno represente a todos los mexicanos, a ricos y a pobres, a todos los sectores, a todas las clases sociales’.
Que el gobierno no sea un comité al servicio de una minoría, que el gobierno sea democrático, gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo. Eso es la Cuarta Transformación.
Y quiero aquí agradecer a los empresarios de México por comprender estos nuevos tiempos y entender la necesidad de reacomodos. Ya no se puede aplicar la misma política, no se puede poner vino nuevo en botellas viejas, necesitamos cambiar. Y esto lo celebro, celebro el que los empresarios estén tomando conciencia y actuando con mucha responsabilidad social, que los empresarios de México tengan esa dimensión social.
Mi amigo Pedro Haces habló del aumento al salario y se refirió al aumento que otorgó el presidente. Y lo estimo y lo respeto, pero difiero de él, porque el aumento al salario no lo otorgó el presidente, fue un acuerdo que logramos y la iniciativa, aunque parezca increíble, fue de los empresarios de México el que aumentara el salario; y desde luego que esta propuesta fue secundada por los dirigentes sindicales y apoyada por el gobierno que represento.
Por eso es un orgullo gobernar el país en estos tiempos en que millones de mexicanos actúan de manera consciente, que están ayudando, contribuyendo en la transformación de nuestro país. Hemos logrado en 14 meses un aumento al salario mínimo en términos reales del 35 por ciento. ¿Cuándo se había visto eso? Primero 16 por ciento y ahora 20 por ciento, y fue por consenso, repito, y por iniciativa de los empresarios.
Se logró también el año pasado, el día 1º de Mayo, la aprobación de la nueva ley laboral, que es una ley de avanzada, porque se garantiza la libertad sindical, se establece que debe de haber democracia sindical, que en la elección de los dirigentes, de los sindicatos, tienen que participar los trabajadores, voto libre, directo y secreto de los trabajadores para elegir a los dirigentes, democracia sindical.
Pero no sólo consultar a los trabajadores para la elección de dirigentes, también consultar a los trabajadores en la firma de los contratos colectivos, que los trabajadores estén informados y aprueben lo que sus dirigentes firmaban antes a espaldas de los trabajadores. Libertad y democracia sindical.
Esto lo estamos complementando con tres acciones más en beneficio de los trabajadores. Vamos a limpiar de corrupción, lo estamos haciendo, el Infonavit, así como se está limpiando de corrupción el gobierno de arriba para abajo como se barren las escaleras, así vamos a limpiar de corrupción el Infonavit. Y se están llevando a cabo tres acciones:
Una, se están reestructurando los créditos de los trabajadores que pagaban y pagaban y nunca terminaban de pagar, eso se va a terminar.
Lo segundo, que es muy importante, es que el trabajador que ya pagó el 90 por ciento de su crédito, se le quita el 10 por ciento y se le entregan sus escrituras.
Y lo tercero, quedan suspendidos los desalojos en unidades habitacionales y en casas del Infonavit, porque había la práctica de vender las carteras vencidas del Infonavit a ‘coyotes’, a abogados sin escrúpulos que se quedaban con las viviendas, despojaban a los trabajadores de sus casas o departamentos. Eso también ya se terminó, ni un desalojo más.
Lo segundo, como complementario, es mejorar los servicios médicos, los servicios de salud del Instituto Mexicano del Seguro Social, que los trabajadores sean atendidos como se merecen, que haya cobertura suficiente de clínicas, de hospitales y que no tengan que esperar meses para ser atendidos. Esto es otro compromiso que hemos hecho para mejorar la salud y el bienestar de los trabajadores.
Y, por último, vamos a enfrentar juntos, con empresarios y con los dirigentes de los sindicatos, con el sector laboral, el problema grave de las pensiones.
Las reformas que se llevaron a cabo durante el periodo neoliberal van a afectar a jubilados que después de trabajar años van a recibir apenas el 30, 40 por ciento de sus salarios, es decir, de lo que ahorraron, porque no se pensó en el futuro de los trabajadores.
Aunque en el gobierno que represento no vamos a tener todavía esta situación, porque esta reforma se llevó a cabo en 1997, de todas maneras vamos a buscar una salida con empresarios y con los sindicatos para que los trabajadores reciban lo que por justicia les corresponde en cuanto a sus pensiones. Esa es también otra tarea, otro compromiso de mi gobierno.
Me dio mucho gusto estar aquí con ustedes. No le vamos a fallar al pueblo de México, no le vamos a fallar a los trabajadores de México.
Muchas gracias a los obreros, a los trabajadores, empleados de México, a los que pertenecen a esta organización sindical.
Repito, mi agradecimiento a todos los empresarios de México que tienen dimensión social, a los dirigentes del sector empresarial, a los servidores públicos, legisladores que aprobaron la Reforma Laboral.
Un saludo a todas, a todos ustedes.
¡Que viva el sindicalismo de México!
¡Que viva la democracia sindical!
¡Que vivan los trabajadores!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
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