2024; Año de Felipe Carrillo Puerto, benemérito del proletariado, revolucionario y defensor del Mayab
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos, niñas, niños, jóvenes de Tlaxcala:
Me da mucho gusto estar con ustedes aquí, en Tlaxcala. Quiero mucho, lo digo de corazón, al pueblo de Tlaxcala desde hace muchos años. Aquí fui tres veces candidato a la Presidencia en el país y las tres veces ganamos en Tlaxcala.
Qué más les puedo decir. Esto muy contento. Tengo bellas historias de Tlaxcala. Aquí visité todos los municipios, los 60 municipios de Tlaxcala, los conozco todos. Y siempre he admirado al pueblo de Tlaxcala, un pueblo bueno y un pueblo trabajador.
Siempre recuerdo, porque en las comunidades de Tlaxcala, en pequeñas extensiones de terreno, muy pequeñas, ahí siembran el maíz. que es una planta bendita porque del maíz se hacen muchos alimentos, en poca tierra mucha producción de maíz en Tlaxcala, en comparación con otros estados que tienen bastantes extensiones de terreno, pero no producen el mismo maíz, la misma cantidad de maíz que se produce en Tlaxcala.
Pero en estas pequeñas parcelas, además de la milpa, hay también otras actividades. Ahí están los borregos, hay una, dos vacas en el patio, y dentro de la casa todavía el telar. Es la economía campesina más integrada de México y del mundo, es un ejemplo de lo que es el pueblo laborioso y trabajador de Tlaxcala, lleno de tradiciones, de cultura. Por eso, mi admiración, mi respeto.
Y aquí también, en la lucha política. Ya hablé de cómo siempre nos han apoyado, respaldado. No se me va a olvidar que en la Navidad de 1991 pasé aquí la Navidad en un pueblo, en el Éxodo por la Democracia. No sé si la Navidad o el Año Nuevo. No, el Año Nuevo, el Año Nuevo.
Y nos ayudaron, porque en ese entonces, 1991, hubo una elección en mi estado natal, y ya ven cómo era antes, padecimos mucho porque no nos querían reconocer los triunfos y hubo un fraude electoral. Y en vez de quedarnos y tomar palacios y caer en la trampa de la violencia, evadimos el acoso y decidimos caminar hacia la Ciudad de México, desde Tabasco hasta la Ciudad de México, en lo que llamamos el Éxodo por la Democracia.
Y, entonces, pasamos en ese tiempo por Tlaxcala. Nos atendieron muy bien. El pan de Tlaxcala, imagínense, pan de feria. ¿Sí o no? No sé si es de feria o es de fiesta. Fiesta, fiesta. Y como yo soy andariego, dondequiera que voy hay pan de fiesta de Tlaxcala, en todos los pueblos, porque se dedican mucho, también, los tlaxcaltecas al comercio.
Entonces, tenemos muy buenos recuerdos, y por eso pues vengo a decirles, o a compartirles con ustedes, a confesarles que estoy muy contento, que estoy alegre y quiero compartir con ustedes estos momentos de felicidad.
¿Y por qué estoy contento?
Bueno, por varias razones:
Primero, porque se triunfó en la pasada elección. Fue una consulta al pueblo y fue el poner a prueba una idea que tenemos de que el pueblo es bueno y que el pueblo es sabio, aunque se burlan cuando digo los conservadores, porque han buscado por siglos desconocer al pueblo, a hacer a un lado al pueblo.
Se llegó a decir que la política era asunto de los políticos. No, la política es asunto de todos.
Y siempre hacían a un lado a la gente: ‘No saben ustedes de política, la política tiene que ver con los políticos, con la clase política’, decían. No, se demostró en esta elección, volvió a quedar de manifiesto que en la verdadera democracia el pueblo es el que manda y es el que decide.
Por eso todavía, ya van para dos meses de la elección y no reaccionan, están todavía aturdidos porque se creen sus dogmas, se creen sus fanatismos, se creen esa manera de pensar que fue impuesta desde hace siglos de que no existe el pueblo.
Entonces, tienen una atmósfera, es como una burbuja, es como otro mundo, se hablan entre ellos. Y esto lo complementaban y les funcionaba porque tenían el control de la mayoría de los medios de información, sobre todo de la prensa, de la radio, de la televisión, y así manipulaban y tenían el control político, ellos decidían desde la cúpula y todo, todo esto para quedarse con el presupuesto público, y con los bienes del pueblo, con los bienes de la nación.
A eso le llamaban democracia. No, eso no era democracia en sentido estricto, porque la democracia, como dije, es el gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo, y al pueblo no lo convidaban, el pueblo no participaba, el pueblo no existía para ellos, sólo para legitimar los cambios de gobierno y para seguir robando, para eso necesitaban al pueblo. Cada vez que había elecciones era cuando se aparecían en las comunidades a entregar despensas, frijol con gorgojo, materiales de construcción, pollos, patos, chivos, borregos, puercos, cochinos, marranos. Eso eran los políticos y la política de antes.
Y ya terminaba el proceso electoral y ya no les volvían a ver ni el pelo. Esa era la forma de operar, el modus operandi que se tenía. Eso no es auténtica democracia; eso se llama, desde la época de los griegos, oligarquía, el gobierno al servicio de una minoría, es lo contrario a la democracia, que, como su nombre lo indica, demos significa pueblo, kratos significa poder, es el poder del pueblo, esa es la democracia.
¿Y qué cosa es lo que ellos piensan que es la democracia o la que quisieran que prevaleciera?
Es kratos sin demos, el poder sin pueblo. Pues eso que lo vayan a buscar a otras partes, porque aquí ya no, aquí es poder con pueblo, pueblo con poder.
Por eso, hemos avanzado mucho en la revolución de las conciencias y México es actualmente uno de los países más politizados del mundo. Nuestro país está siendo estudiado, analizado, es admirado por muchos países en el mundo, el prestigio de nuestro querido México.
Hemos avanzado bastante y ahora vamos a darle continuidad a la transformación, como aquí lo ha planteado la presidenta electa, quien es una mujer excepcional, no podíamos esperar que fuese de otra manera, fue lo mejor que nos pudo pasar a los mexicanos, es una bendición el que se va a tener una presidenta como Claudia Sheinbaum para darle continuidad a la transformación, por eso estoy contento.
Imagínense lo contrario, porque a veces nos pasan las cosas de noche y no reparamos en lo que se hace con estos procesos de transformación, pero imagínense si no hubiese sido así. Toco plástico, aquí no es madera. Imagínense cómo estaríamos ahora, preocupados porque los programas de Bienestar no estarían asegurados.
Últimamente ya empezaban a decir que no iban a cambiar los Programas de Bienestar, pero los conocemos bien, son muy falsarios, con todo respeto lo digo, son muy falsarios nuestros adversarios conservadores.
Tienen tres características. Suena fuerte, pero es mejor tenerlo claro:
La primera característica es que son muy hipócritas, y eso hay que tenerlo presente, esa es su verdadera doctrina.
La segunda característica es que les gusta mucho el dinero, tienen esa enfermedad por lo material, por el dinero.
Y la tercera característica es que son muy autoritarios, les gusta la mano dura, les gusta la represión.
Entonces, qué bueno que no fue así y que ahora va a haber continuidad con todos los Programas de Bienestar y otros programas, porque Claudia, además de la experiencia, de su capacidad, pues es una mujer con imaginación, mucha imaginación y con mucho talento, y va a contar con el apoyo de todo el pueblo, por eso me voy muy contento al retiro.
Ya cumplí con mi ciclo, ya llevo muchos años luchando y ya voy a jubilarme. Y me voy contento porque también tengo la convicción, además de ser maderista, estoy a favor de que no haya reelección, sufragio efectivo, no reelección.
No hace falta la reelección, eso es un invento de los ambiciosos de poder, de que dicen: ‘No, es que yo soy indispensable, yo soy necesario, yo soy el que puedo garantizar que las cosas sigan bien en México’. No, nada de eso, el que garantiza que las cosas funcionen bien en México es el pueblo de México, ese es el soberano, ese es el que manda, el pueblo.
Entonces, ya no debemos… Y esto aplica también para todos, para quienes nos queremos mucho, decir: no hay que tener mucho apego ni al dinero, ni al poder, porque eso no es la felicidad. La felicidad, lo hemos dicho varias veces, es estar bien con uno mismo, estar bien con nuestra conciencia y estar bien con el prójimo, esa es la verdadera felicidad.
Y por eso estoy contento de que vamos a entregar, ahora ya entregué el bastón de mando, y ahora vamos a entregar la banda presidencial a Claudia Sheinbaum en dos meses y medio.
Y fíjense, para las niñas, los niños: cuando llegaron los invasores europeos, fue hace 500 años, y ellos dominaron 300, tres siglos, y desde allá, desde España, donde dominaban a México, mandaban virreyes, como si fuesen los presidentes después de la Independencia, se llamaban virreyes, los nombraban los monarcas, los reyes de España. Nunca, nunca, se tomaron la molestia, ningún rey visitó México, que se llamaba entonces la Nueva España, en tres siglos, 300 años, eran sólo los virreyes; y en los estados se llamaban alcaldes mayores, pero también impuestos.
Logramos nuestra independencia política y el primer presidente, Guadalupe Victoria, porque inicia la primera república federal en 1824, llega Guadalupe Victoria y gobierna, antes los periodos no eran de seis años, sino de cuatro, gobierna de 1824 a 1828, pero desde entonces, es decir, desde hace 200 años, puro presidente, y es la primera vez en 500 años que va a ser México gobernado por una mujer, la mujer va a gobernarnos, la primera presidenta de México.
Esto lo tenemos que celebrar, porque nos tocó a nosotros vivirlo, estoy hablando de cinco siglos y nos toca a nosotros y a ustedes, sobre todo a las niñas, a los niños, vivirlo para contarlo; también a nosotros nos va a tocar un tiempecito para contarlo. Pero qué extraordinario momento, es un momento estelar en la historia de nuestro México.
Y decirles que vamos a seguir, en el tiempo que nos queda, trabajando en beneficio del pueblo.
Yo les felicito, tienen a una gobernadora extraordinaria, Lorena Cuéllar, de primera. Y muchos buenos dirigentes de Tlaxcala: Oscar, por ejemplo, que está aquí, que me ayudó mucho en la Oficialía Mayor; el director del Infonavit, Carlos Martínez, de Tlaxcala, el secretario de la Función Pública, Roberto Salcedo, de Tlaxcala.
Sí saben, ¿no? de Roberto Salcedo, es de Tlaxcala. Voy a cometer una indiscreción: creo que el hermano es el obispo de Tlaxcala. Bueno, porque yo siempre digo lo que pienso y mi pecho no es bodega.
El gobernador saliente Marco Mena también, que está allá de director de la Lotería Nacional.
La senadora, que fue presidenta del Senado, Ana Lilia.
¡Ah!, no, lo estoy dejando al final, alguien que quiero mucho, que lo estimo, Antonio Álvarez Lima.
Alfonso Sánchez Anaya, que empezó con nuestro movimiento.
Y cada vez va a haber más de Tlaxcala en la dirección porque ustedes son vanguardia, es decir, van adelante del movimiento de transformación
¡Que viva Tlaxcala!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!