05.09.19 Versión estenográfica. Ceremonia inaugural del XLII Congreso Nacional de Tribunales

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2019, Año de Caudillo de Sur, Emiliano Zapata

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos me da mucho gusto estar con ustedes.

Integrantes de los tribunales de justicia de las entidades federativas, de los estados, de la Ciudad de México, servidores públicos:

Hace un momento conversé con los presidentes, con las presidentas de los tribunales de justicia en los estados. Y les hablaba de la importancia de mejorar la imagen de nuestro país, tanto en lo interno como en el exterior y que se fortaleciera esa imagen demostrando que se están llevando a cabo cambios verdaderos, que se está llevando a cabo una transformación en la vida pública de México.

Les comentaba que hemos avanzado en ese propósito, que hay más confianza de los ciudadanos de sus autoridades, de las instituciones. Se ha ido avanzando en este terreno.

Podría poner ejemplos, pero creo que todos lo podemos constatar, de cómo hay más respeto y confianza en las autoridades de los tres poderes y de las instituciones independientes, autónomas de nuestro país.

Y también hemos ido ganando terreno en la imagen de México en el extranjero, antes había una muy mala imagen que tenía que ver con la violencia y con la corrupción. El extranjero sabía más de nuestro país por la violencia, por lo que hacían las bandas del crimen organizado, sus jefes, sus dirigentes, había toda esa leyenda -que resultaba interesante en el extranjero- para saber sobre la vida de los capos y de lo que sucedía en esta materia en el país.

Ahora, aunque sigue habiendo esa percepción en el mundo, ha bajado. En eso no se ha avanzado lo suficiente, porque no se trata de una campaña de propaganda, de publicidad; para cambiar las percepciones, pues hay que cambiar las realidades.

Y no hemos podido avanzar como quisiéramos en reducir, disminuir la incidencia delictiva, aunque estamos todos los días trabajando sobre esto, preocupados y ocupados sobre esto, que es la asignatura pendiente, que es nuestro reto, nuestro principal desafío.

Les comentaba a los presidentes de los tribunales que todos los días, de lunes a viernes de seis a siete de la mañana se reúne el Gabinete de Seguridad. Está la licenciada Olga Sánchez Cordero desde muy temprano, está el secretario de la Defensa, el secretario de Marina, el secretario de Seguridad Pública y el consejero jurídico.

Y nosotros recibimos el informe, el reporte, el parte de lo acontecido en las últimas 24 horas.

Les puedo decir que, de acuerdo al reporte de ayer, se registraron desgraciadamente 63 homicidios en todo el país, y así diario: robos de vehículos, robos a casa habitación, secuestros, todo lo que sucede. Y estamos trabajando de manera coordinada, de manera conjunta, por eso tenemos confianza que vamos a poder entregar buenos resultados y vamos a ir serenando al país, y va a cambiar la imagen por completo de México en esta materia en el extranjero en este asunto.

En lo que sí hemos avanzado bastante, que nos reconocen mucho en el extranjero, es en el combate a la corrupción, en eso hay un gran reconocimiento mundial, nos tienen mucha confianza en eso, que es otro de los grandes y graves problemas nacionales, si no es que el principal problema de México: la corrupción.

Porque nada ha dañado más a nuestro país que la deshonestidad de los gobernantes, eso es lo que ha dado al traste con todo, esa es la causa principal de la desigualdad social, de la desigualdad económica; y también por la corrupción se desató la inseguridad y la violencia.

Entonces, eso está dando ya resultados, eso me tiene más tranquilo, más optimista, porque le comentaba yo a los presidentes de los tribunales de justicia de los estados que eso depende más del presidente y de las autoridades de arriba.

La corrupción no es como se llegó a pensar de manera irresponsable y absurda, no es parte de la cultura de nuestro pueblo. La corrupción no se da de abajo hacia arriba, se da de arriba para abajo. Así ha sido siempre.

Al contrario, en nuestras familias, en nuestras comunidades, en nuestros pueblos hay una gran reserva de valores culturales, morales, espirituales para regenerar la vida pública de México.

Por eso estoy optimista y sé que vamos a poder desterrar la corrupción por completo, porque depende de arriba. Si el presidente es corrupto, los gobernadores van a ser corruptos o van a tener esa tentación; y lo mismo los presidentes municipales. Si hay honestidad de arriba, esto permea y se gobierna con el ejemplo.

En eso vamos muy bien, pero tenemos que avanzar, repito, en el terreno de la impartición de justicia y de conseguir la paz, de enfrentar el flagelo de la violencia, que es un tema complejo, porque no depende del todo, sólo del presidente o de las autoridades superiores o de los tres poderes, intervienen una serie de factores.

Tiene que ver con la política que se ha venido imponiendo, se abandonó al pueblo, que convirtió al gobierno en un facilitador para el saqueo y el gobierno dejó de atender las demandas sociales, se desatendió de la justicia social, incluso se llegó al absurdo de plantear de que el Estado no tenía por qué promover el desarrollo, ni ocuparse de la justicia, que todo esto lo podía hacer el mercado, porque si había crecimiento económico, si le iba bien a los de arriba, si llovía fuerte arriba iba a gotear abajo, como si la riqueza fuese contagiosa, permeable, y que no hacía falta la intervención del Estado.

Claro, de manera muy hipócrita toda esta concepción, porque no querían la intervención del Estado cuando se trataba de atender las demandas sociales, pero sí utilizaban al Estado para rescatar las instituciones financieras en quiebra.

Entonces, sí fue una política que produjo el abandono, la marginación, la pobreza y la inseguridad, la violencia. Y esto se hizo acompañar de pérdida de valores, porque aún -como ya lo dije- con toda la reserva de valores que tiene nuestro pueblo, se afectó mucho la creación de estos principios o el mantener estos principios, estos preceptos, estos valores.

Se produjo -y eso no se ha medido bien- mucha desintegración en las familias en todo este periodo, y la familia en México es fundamental, es la institución más importante de seguridad social que tenemos en el país.

Podemos medir que no hubo crecimiento económico o que hubo muy poco crecimiento económico, podemos medir que creció la delincuencia, el consumo de la droga, podemos medir que creció la corrupción, pero, ¿cómo medimos los efectos que tuvo la política neoliberal en la desintegración de las familias?

Y eso afectó mucho, incluso el mismo fenómeno migratorio. Ahora tenemos la paradoja de que nuestros paisanos migrantes nos están ayudando mucho, ya las remesas, lo que envían nuestros paisanos a sus familiares tiene montos récord, este año se calcula que van a llegar las remesas a 35 mil millones de dólares, como nunca, es la principal fuente de ingresos que tiene nuestro país y es una derrama económica a los pueblos que permite el ingreso, el bienestar para millones de mexicanos, reactiva abajo, en las regiones, la economía.

Pero no queremos eso como modelo, eso se presentó en una circunstancia especial, cuando se abandonó por completo el campo, cuando se dejó sin oportunidades a la gente y muchos mexicanos se vieron obligados a abandonar sus comunidades, sus pueblos, para irse a buscar la vida del otro lado de la frontera.

Nosotros lo que queremos es que el mexicano pueda trabajar y ser feliz donde nació, donde están sus familiares, sus costumbres, sus culturas. Que la migración sea opcional, no forzada, que el que quiera irse lo haga por gusto, no por necesidad. Ese es nuestro ideal que queremos convertir en realidad.

Ayer hablaba yo con un dirigente obrero estadounidense y le decía: Ustedes se preocupan por lo del muro, porque es un dirigente obrero progresista, a nosotros también no nos gustaría que existieran muros; pero nosotros estamos seguros que en muy poco tiempo ya no van a ir los mexicanos a trabajar a Estados Unidos, y ya tienen que ir pensando cómo le van a hacer ustedes.

Porque ese es el modelo que queremos, que la gente tenga trabajo. Y les puedo poner ejemplos de lo que se está haciendo. Por ejemplo, en Chiapas hoy están trabajando 80 mil productores, campesinos, 80 mil, con empleos permanentes, no empleo temporal; 80 mil que están sembrando, sólo en Chiapas, 200 mil hectáreas de árboles maderables y frutales, y en otros estados del sureste se están sembrando más de 500 mil hectáreas con empleos para 200 mil.

Si se promueve y se trae -y hay que seguirlo haciendo- una planta para producir automóviles de la industria automotriz muy grande, muy grande como están muy desarrolladas tecnológicamente, pueden generar 50 mil empleos; pero nosotros estamos, nada más en ese programa que se llama Sembrando Vida, creando actualmente 200 mil empleos, el año próximo otros 200 mil, porque tenemos la tierra, porque tenemos el agua y sobre todo tenemos la sabiduría, el conocimiento de los campesinos de cómo cultivar la tierra.

Queremos nosotros con toda esta política ir creando las condiciones para que no se vea el pueblo, la gente en la necesidad de tomar el camino de las conductas antisociales, sobre todo los jóvenes, que tengan opciones, que tengan alternativas.

Eso es otro programa importantísimo: Jóvenes Construyendo el Futuro. Hay 900 mil jóvenes trabajando como aprendices en talleres, en empresas, en comercios, en despachos de abogados, de contadores, que tienen tutores que puede ser el maestro mecánico, puede ser un maestro electricista, un comerciante, puede ser un abogado, puede ser un contador que es el tutor de uno, de dos, de tres, de cinco, de 10, de 20 jóvenes; y lo está formando en el oficio, en la profesión y se le paga a esos jóvenes un sueldo mientras se capacitan de tres mil 600 pesos mensuales. El propósito es que todos los jóvenes tengan garantizado el derecho al estudio y al trabajo.

¿Qué hicieron las anteriores administraciones, los anteriores gobiernos, por los jóvenes?

Sólo etiquetarlos como ninis, que ni estudian ni trabajan, como si fuese de ellos la culpa, la responsabilidad. Ahora se está atendiendo a los jóvenes, porque si no lo hacemos, pues ¿cómo vamos a garantizar la paz y la tranquilidad?

Tenemos que competir con las organizaciones del crimen, quitarles a los jóvenes, quitarle el agua al pez, todo ese ejército de jóvenes sin opciones, sin alternativas, que les han permitido engrosar las filas de la delincuencia. Y es además algo que hacemos con mucha satisfacción, con mucho orgullo, porque es algo muy humano.

Duele mucho el que se abandone a los jóvenes y que cuando el joven toma el camino de las conductas antisociales se le reprime, se la masacra; las cárceles están llenas de jóvenes, los que pierden la vida, los homicidios, la violencia, la mayoría jóvenes.

Acaba de pasar esta tragedia tremenda en Coatzacoalcos, uno de los que roció la gasolina, un joven de 15 años. Entonces, tenemos que atender a los jóvenes.

Esto es lo que más lleva trabajo, es lo más complejo, pero yo tengo confianza de que, como se están atendiendo las causas que originan la inseguridad y la violencia, y como estamos trabajando de manera coordinada todos, como se logró la creación de la Guardia Nacional, que eso fue algo extraordinario porque se reformó la Constitución, tuvimos el apoyo unánime de legisladores de todos los partidos, los gobernadores, todos apoyando para que se cuenten con el apoyo de las Fuerzas Armadas, de la Secretaría de la Defensa, de la Secretaría de Marina, que no podían hacer labores de seguridad pública.

Imagínense, el gobierno federal contaba sólo 10 mil efectivos de la Policía Federal para atender la demanda de seguridad pública. En el caso de las policías… ahora también lo comentaba yo, ayer estuve con los empresarios de Yucatán y hablamos del tema de seguridad, y los felicité, y felicito a las autoridades de Yucatán porque han mantenido la paz, la tranquilidad en Yucatán, es un ejemplo a seguir.

Pero entre otras cosas tienen, -en Yucatán, con dos millones de habitantes, nueve mil policías. En el Estado de México, no es ningún reproche, porque quiero también decir que estamos trabajando de manera coordinada con el gobierno del Estado de México, y ha actuado muy bien el gobernador del Estado de México, estamos trabajando de manera conjunta con Alfredo del Mazo, pero la realidad es que son 17 millones de habitantes y hay 16 mil policías.

Entonces, con la Guardia Nacional ahora podemos contar con el apoyo, como está sucediendo, porque tenemos esas dos instituciones que son fundamentales: la Secretaría de la Defensa y la Secretaría de Marina. Por algo -porque el pueblo es sabio- cada vez que se hace una encuesta sobre las instituciones, son las que salen mejor calificadas de todas las instituciones: Marina y Defensa.

Bueno, contamos con el apoyo de ellos, antes no se podía, y son 230 mil soldados y 65 mil marinos. Ahora con la reforma a la Constitución vamos a poder contar con el apoyo de estas dos instituciones y eso también es un avance importante.

Claro, tenemos que cuidar que estas instituciones nos ayuden en la tarea de seguridad garantizando los derechos humanos y con el uso regulado de la fuerza, pero ese es un proceso que se puede llevar a cabo, que ya incluso se había iniciado en estas dos instituciones.

Y hasta ahora estamos trabajando muy bien. Lo dije en el informe, el soldado es pueblo uniformado, es el pueblo protegiendo al pueblo. Eso es lo que se está haciendo con lo de la Guardia Nacional.

En todo esto también tengo confianza de contar con los poderes Legislativo y Judicial, tanto en el ámbito de los estados como en lo federal. Estamos, acabo de decirlo, siendo apoyados por diputados, por senadores de todos los partidos en las reformas a la Constitución que requieren no sólo de mayoría simple, sino de mayoría absoluta, es decir, dos terceras partes, que no se alcanzaría con un solo partido, con dos, con tres y se están llevando estas reformas para ajustar el marco legal.

Y lo mismo en el caso del Poder Judicial. Les puedo decir que hay muy buena relación con el Poder Judicial de la Federación.

Le tengo mucha confianza, respeto, al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y tengo también confianza en los ministros y en los magistrados, en los jueces.

Está la polémica sobre la actuación del Poder Judicial en la impartición de justicia, lo que tiene que ver con amparos, lo que tiene que ver con las libertades a presuntos delincuentes.

Yo soy partidario de que esto se vaya corrigiendo con respecto a la autonomía, a la independencia de poderes; y que surja de cada uno de los poderes, que no haya ningún tipo de propuesta externa.

En una ocasión se promovió una iniciativa del Poder Ejecutivo para modificar la Constitución, cambiar la composición en el Poder Judicial. Nosotros no vamos a llevar a cabo ninguna iniciativa con esas características, vamos a respetar, vamos a ser respetuosos de la autonomía, de la independencia, del Poder Judicial Federal.

Y en el caso de los tribunales de justicia en los estados, el Poder Judicial en los estados, pues lo mismo.

Nos da mucho gusto el poder platicar con ustedes, conversar con ustedes, dialogar con ustedes. Yo tengo una muy buena experiencia de cuando fui jefe de gobierno en la Ciudad de México, se las puedo compartir, llegué ser jefe de gobierno y ya me encontré que se había logrado una elección libre del presidente del Tribunal de Justicia de la Ciudad de México, por primera vez los magistrados eligieron, es decir, no hubo injerencia, no hubo línea, como se dice coloquialmente.

Aquí está el ministro ahora, Juan Luis González Alcántara, él fue el primero que fue producto de una elección de los magistrados; y aquí está el segundo también, presidente igual.

Y no sólo eso. Los jueces que pasaban a ser magistrados, hay un procedimiento en donde -en ese entonces, no sé cómo esté ahora- el jefe de gobierno mandaba la terna al Congreso, en este caso a la Asamblea, y yo recibía la terna del Tribunal de Justicia, yo no nombraba, yo recibía la terna y lo que hacía era enviarla a la Asamblea, y así jueces que se convirtieron en magistrados.

Eso me llena de orgullo porque no se puede hablar de injerencias. Para despistar les voy a decir que después, no les voy a decir cuándo, me dice un presidente del Tribunal de Justicia de la Ciudad de México -yo ya no estaba de jefe de gobierno, estaba yo en la oposición- y quería platicar conmigo, y acepté por gestiones de un abogado que quiero mucho, el maestro Batiz, y acepté y no sé si aquí o en otro lugar del Tribunal de Justicia de la Ciudad de México, me invitó a desayunar, y me dice: ‘Antes de nada, quiero agradecerle porque yo estoy aquí por usted’.

No, le digo, se equivocó, para empezar, yo no tuve nada que ver en su nombramiento, yo ya no era el jefe de gobierno.

‘No, es que yo estoy aquí por usted porque usted dejó establecido el método, y si no se hubiese llevado a cabo la elección de magistrados a lo mejor no, estaría aquí’; o sea, él ganó o fue presidente porque hubo una elección al interior del Poder Judicial en la Ciudad de México.

Ah -le digo- así sí, así sí. Así ya te entendí de qué se trata.

Esa tradición pues qué bueno que se mantiene aquí en la Ciudad de México. Y vamos a actuar con un poco de provocación en buenos términos, cariñosa, afectuosa. Hay que hacer lo mismo en todos los estados, porque sería extraordinario que se terminaran las intervenciones excesivas del Poder Ejecutivo.

Que el Poder Ejecutivo deje de ser el poder de los poderes, porque esa es una mala práctica que se estableció en los tiempos del autoritarismo, cuando se respetaba la Constitución en la forma y se violaba en el fondo, y había mucha simulación.

En la época de Porfirio Díaz nunca se dejó de hacer una elección, siempre se cumplía con el procedimiento, con la ley, pero de antemano ya se sabía quién iba a ser senador o diputado. Entonces, ya tenemos que terminar eso.

Que los poderes ejecutivos no intervengan en la vida de los poderes legislativo y judicial, que haya auténtica independencia, es cuando ha sido mejor la vida pública.

Fíjense que sólo un periodo recuerdo así o he leído que fue de esa manera: la época de la República Restaurada, 10 años del gobierno de Juárez y de Lerdo nada más, donde el Poder Judicial era completamente libre y jueces, magistrados, ministros tenían esa arrogancia de sentirse libres y al mismo presidente Juárez en el congreso, como en el Poder Judicial, sus propuestas. Pero, imagínense, eran ministros de la Corte, presidentes de la Corte. José María Iglesias, que a él se le atribuye el principio de que al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie. Incorruptibles.

Cuando Porfirio Díaz expulsa a los hombres de letras, abogados, con un golpe de Estado, no vuelve Iglesias a ocupar ningún cargo. Y da un ejemplo de dignidad extraordinario, porque tampoco Lerdo se rinde, se va al extranjero, que era otro abogado extraordinario, y muere en el extranjero; pero como ya estaba en su apogeo el porfirismo o el porfiriato traen su cuerpo y lo utilizan políticamente.

Iglesias, que estaba retirado, se da cuenta y les dice a los hijos: ‘Cuando yo me muera no quiero eso. Tengo unos ahorros para mis funerales y los quiero así. Y van a venir a buscar mi cuerpo para hacerle todos los homenajes y no quiero que me manipulen’.

Y se enfermó, cayó en el hueco de un elevador. Se muere. Y en efecto, van por él, porque era una eminencia, un hombre extraordinario, un abogado de primera y había estado de presidente de la Suprema Corte en aquellos tiempos.

Y dicen los hijos: ‘No, porque ya mi papá nos aconsejó cómo quería su funeral y no permite, ni muerto, que lo manipularan’.

Bueno, esos hombres, que parecían gigantes, fueron los que demostraron que se podía cumplir con la Constitución y hacer realidad la división y el equilibrio de los poderes.

Entonces, nosotros tenemos que seguir ese ejemplo, nosotros vamos a garantizar la plena libertad a ministerios públicos, a jueces, a magistrados y desde luego a ministro.

Ahora un cambio importantísimo de estos tiempos fue la autonomía de la Fiscalía General, lo que era la procuraduría. Y lo mismo. Estoy muy satisfechos porque el fiscal es una persona íntegra, Alejandro Gertz Manero, independiente, nos hemos visto tres veces en nueve meses y eso en actos como este.

No le he hablado por teléfono ni he mandado recados, no tengo palomas mensajeras, ni halcones para mandar recados. La fiscalía es independiente, es autónoma.

¿Cómo era antes?

El procurador dependía del presidente y recibía línea, y se fabricaban delitos a opositores y había consigna. ‘Y a este me lo aprietas’. Eso ya se terminó, ya no hay eso. Alejandro actúa con independencia, con autonomía y además felizmente. Es un hombre íntegro y me da toda la confianza y yo creo que le da toda la confianza al pueblo de México el nuevo fiscal de la República.

Y es la forma de ir limpiando las instituciones, pero, repito, que lo hagan los mismos poderes, nosotros no vamos a imponer absolutamente nada. Queremos que haya justicia, y la mejor definición de justicia es la de -creo yo, con respeto, lo sostengo- la de Morelos, que la escribió un abogado, Andrés Quintana Roo, pero la dictó Morelos. Y le decía Morelos a Andrés Quintana Roo: ‘Usted, señor abogado, usted que es un letrado ponga ahí en los Sentimientos de la Nación que se modere la indigencia y la opulencia; ponga, licenciado que se eleve el salario del peón. Licenciado, ponga usted ahí en ese documento, creo yo, usted sabrá escribirlo de la mejor forma posible que se eduque al hijo del campesino igual que al hijo del más rico hacendado y ponga usted que haya tribunales que protejan al débil de los abusos que comete el fuerte’.

Ese Morelos y ese era Quintana Roo, y esa es la justicia.

Muchas gracias a todas, a todos ustedes.

Siendo las 11 horas con 46 minutos del día 5 de septiembre del 2019, declaro formalmente inaugurados los trabajos de este Congreso Nacional de Tribunales de Justicia de los estados de la República, deseándoles el mejor de los éxitos.

Y felicidades. Enhorabuena.

Muchas gracias.

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