2019, Año del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Bueno, pues yo me sumo a esta celebración, los 85 años del Fondo de Cultura Económica.
Me da mucho gusto que estemos dándole vida, renovando la vida de esta institución que creó uno de los intelectuales, de los historiadores más importantes, si no el más importante de México: don Daniel Cosío Villegas.
Él tenía una formación intelectual de primer orden. Además de crear esta institución, contribuyó también para la creación del Colegio de México. Y lo que más me vincula a él, a don Daniel, son sus trabajos de investigación, sus 10 tomos de la Historia moderna de México, que son fundamentales para la formación política, para conocer lo que ha sido la historia política de nuestro país.
Y digo, ha sido porque él estudia el periodo fundacional, el periodo que da origen a lo que todavía tenemos que ir combatiendo, que todavía perdura. Él estudia el periodo de la República Restaurada, que es un periodo importantísimo, 10 años de historia de México excepcional: los gobiernos de Juárez y de Sebastián Lerdo de Tejada, 1867-1876. Es un tomo dedicado a este periodo en lo político, más un tomo dedicado a lo económico, a lo social, a la cultura.
Pero luego don Daniel estudia -es una investigación de más de 20 años, con un equipo de investigadores- estudian lo que fue el porfiriato, y ahí está la cimiente, ahí está la base, el fundamento del régimen político que todavía perdura y que estamos desmontando poco a poco con esta nueva transformación.
La Revolución mexicana fue un movimiento excepcional, se avanzó mucho en el terreno económico, sobre todo, en lo social; pero la Revolución no pudo arrancar el régimen porfirista. Don Daniel decía que ya no estaba don Porfirio después de la Revolución, pero se había quedado doña Porfiria. La Revolución no pudo crear, establecer un sistema verdaderamente democrático, un sistema político democrático.
Hay que reconocer que el presidente con más vocación democrática que ha habido en la historia de México fue Francisco I. Madero, por eso se le conoce como el Apóstol de la Democraci’. Pero con su asesinato quedó pendiente el hacer realidad la democracia.
Con la Revolución -ya conocemos la historia- se fundó un partido de Estado, un partido único que dominó por mucho tiempo; luego hubo una simulación, en apariencia iba a haber democracia y siguió lo mismo.
Entonces, don Daniel nos ayuda a entender mejor el momento actual. Siempre es importante el conocimiento y la historia para saber hacia dónde vamos, sobre todo cuando se busca una transformación.
Yo también, como Paco, celebro que, en poco tiempo, sin violencia, de manera pacífica estamos llevando a cabo un verdadero cambio, se están sentando las bases para la transformación de México.
Y me da mucho gusto que se esté avanzando al mismo tiempo en todos los terrenos de la vida pública, que estemos avanzando en lo económico, con una concepción distinta en donde ya no es lo fundamental el crecimiento de la economía, sino el desarrollo, es decir, el crecimiento, pero con distribución de la riqueza, crecimiento con bienestar, porque progreso sin justicia es retroceso.
Y hay una concepción en lo económico. Como dicen los tecnócratas con su jeringonza, con su hablar físico, ya hay un nuevo paradigma también en lo social: se atiende a todos, se escucha a todos, se respeta a todos, pero se le da preferencia a la gente humilde; porque por el bien de todos, primero los pobres.
Tenemos también ya una nueva política en cuanto a la cultura. Es el reconocimiento de todas las expresiones artísticas, de las costumbres, de las tradiciones, de las lenguas, del mosaico cultural que es nuestro país.
Ahora en todo se está tomando en cuenta a los pueblos originarios. Hoy por la mañana se dio a conocer el programa para la celebración del Grito de Independencia y va a ser una exposición de todas las culturas de México. Van a participar en el Zócalo artistas de todas las culturas de nuestro país.
Y estoy muy contento que aquí en el Fondo estén ustedes a la par, incluso estén a la vanguardia del movimiento de transformación.
Esto es muy importante, la labor que están llevando a cabo con la participación consciente de todos, de los trabajadores, de escritores, de los profesionales, el trabajo editorial, también de los administradores, porque algunos confunden la austeridad. No es un asunto solo administrativo, es un asunto de principios.
¿Qué decía el presidente Juárez?
Que el servidor público tenía que aprender a vivir en la justa medianía, porque no puede haber gobierno rico con pueblo pobre; no tiene nada que ver con la izquierda ni con el progresismo el derroche, la corrupción. Eso va más con el conservadurismo.
El caso del movimiento liberal tiene más identificación con la austeridad, con entender que el poder es humildad, que el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás.
Entonces, yo celebro que este sea un colectivo, porque Paco así piensa y lo respetamos, y por eso se le propuso que fuese el director del Fondo de Cultura Económica. Me costó un poco de trabajo convencerlo, pero se logró que aceptara, porque pues no es tan cómodo como se piensa ser servidor público, sobre todo cuando se entiende que el poder no es placer, sino deber.
Entonces, pues es cómodo el estar haciendo lo que nos gusta. El que es investigador, historiador, cuánto disfruta haciendo un libro, se llena de satisfacción, es algo que produce mucho placer, estar trabajando en lo intelectual; pero también se necesita que los intelectuales ayuden en los procesos de transformación, a lo mejor que escriban y que no participen cuando hay inmovilismo, cuando impera el conservadurismo, pero en un proceso de transformación es indispensable que participen los intelectuales.
Y a veces cuesta mucho trabajo que ayuden en los procesos de transformación quienes se dedican a las letras o a las artes. No quieren comprometerse. Yo por eso le tengo un gran reconocimiento a intelectuales que han participado en los procesos de transformación.
Ahora que estoy despachando en Palacio Nacional, como queremos cuidar los salones de ese edificio histórico que tiene cinco siglos, y queremos conservarlo para que todos conozcan el Palacio Nacional, estamos ahora -para no maltratarlo, para no afectarlo- estamos acondicionando lo que era un área que utilizaba el Estado Mayor Presidencial que, como ustedes saben, ya no existe. Y esa área ya estaba renovada, moderna, entre comillas, impactada.
Entonces, la arreglamos, sin excesos, sin gastos. Y como muchos artistas pagan sus impuestos con obras, se tiene en Hacienda un acervo de pintores, de escultores y estamos arreglando la sala de juntas en lo que era la oficina, o una de las oficinas del Estado Mayor Presidencial, y estamos poniendo retratos de héroes olvidados, de los héroes que no son muy conocidos, pero que fueron importantísimos en las transformaciones.
Ya ustedes saben que en el periodo neoliberal o neoporfirista querían hasta acabar con la historia, pues hasta con nuestros héroes, los padres de nuestra patria, con Hidalgo, con Morelos. Empezaron a inventar cosas de ellos, no sé quería ya recordar a Juárez, tampoco a Villa, a Zapata, ni a Madero, ni al general Cárdenas, pues menos se iba a recordar al general Múgica o a Jara, o a Felipe Carrillo Puerto o a los héroes anónimos de la defensa del pueblo yaqui ante el exterminio.
Bueno, ¿qué estamos haciendo?
Esta sala ahora va a llevar el nombre de Daniel Cabrera. Y muchos van a preguntar: ¿Y quién es Daniel Cabrera?, ¿quién fue Daniel Cabrera?
Pues fue el director de El hijo del Ahuizote, uno de los mejores periódicos que ha habido en historia de México, y él uno de los mejores periodistas del país.
Por eso, yo celebro que Paco haya aceptado este encargo, porque no es un cargo, es un encargo, para hacer una buena labor de promoción en favor de la lectura, lo que ya están haciendo. Seguir reeditando los textos clásicos del Fondo, hay un acervo extraordinario de libros de todas las materias desde que se fundó el Fondo de Cultura Económica; había en muchas etapas, había mucho profesionalismo, no se le publicaba a cualquiera, no había influyentismo, no era fácil publicar en el Fondo, tenía que ser un autor de primer orden, consagrado, un investigador reconocido el que publicara aquí en el Fondo de Cultura Económica.
Y ahora, además de reimprimir esos textos clásicos importantísimos para la formación en todas las disciplinas, ahora se está haciendo la labor de imprimir libros con un costo accesible, de 10 pesos, de 15 pesos, de 20 pesos, para que pueda leer todo el pueblo, que la lectura esté cerca, accesible al pueblo, a la gente.
Esta es una labor extraordinaria, esto es un distintivo de la Cuarta Transformación de la vida pública del país.
Yo la verdad no tenía pensado hablar mucho, pero es algo que entusiasma estar aquí con ustedes.
Y felicidades. Mi agradecimiento como representante de un movimiento que busca la transformación de México en bien de nuestro pueblo.
Muchas gracias, amigas y amigos.
---